
Como mencionaba en un post anterior, hay muchos supuestos incuestionables que sostienen la estructura del sistema educativo. Incluso algunos que da pánico tan siquiera rozarlos. Pero la tarea es bajarlos del pedestal y por tanto darnos el permiso de jugar con ellos, de darlos vuelta, transformarlos, ver que pueden traer consigo estas cajitas cerradas durante tantos años...animarse a abrir y sorprenderse...y luego decidir si seguimos llevando el cofrecito o lo cambiamos por otro, pero ya desde una mirada conciente y responsable...esa es la diferencia..
Y el primer supuesto con el que me permito jugar es con ese que dice "La educación debe estar controlada por el Estado"
Pues bien, vamos a los orígenes del termino educar. Educar viene de educere...sacar afuera lo que está dentro. Sacar a luz lo que ya está ahi. Es curioso que se designe a los estudiantes entonces como alumnos (que no tienen luz) y que (me incluyo) muchas veces usemos este término por puro habito olvidando lo que significa. No. No educamos para dar luz a seres que no la tienen. Educamos para ayudar a que cada cual saque fuera su propia luz, que ya es, ya la tiene.
Bien, entonces..volviendo al tema de porque el Estado debería encargarse de sacar esta luz a relucir..¿que ocurría antes de que existiera el Estado moderno? ¿podríamos arriesgar que esos seres permanecían a oscuras, lejos de su propia luz durante toda la vida? ¿no eran educados? Si asi fuera..¿como fueron posibles todos los avances culturales durante miles y miles de años antes de esos insignificantes 300 años que tiene de historia el Estado moderno y los tambien insignificantes 2500 aprox. que tiene la primera ciudad estado? Antes de ese período, los hombres pudieron pensar, crear, construir, hacer ciencia, poesía, ingeniería, filosofía, astronomía,arte, arquitectura, matemáticas,medicina, teología...etc y mil etcs más.
La historia de la educación nos muestra como a partir del surgimiento de las sociedades complejas los fines de la educación han cambiado acorde a los intereses de reproducción y perpetuación de dichos sistemas. Y también es cierto que a partir de ese momento la educación es uno de los temas centrales de los asuntos de Estado.
En una socierdad como la griega por ejemplo, se contrataban personas especialmente dedicadas a instruir a los jovenes, los pedagogos...(los que acompañan y guian al niño) pero especificamente hablando de Atenas, donde el ideal de Estado era la belleza, el arte, la cultura (por supuesto que no de los esclavos sino de los esclavistas). En Esparta en cambio, donde lo importante era tener un buen ejercito se daba mucha importancia la educación física y los centros educativos eran parecidos a centro de reclusión bajo riguroso control del Estado. Sin embargo en Mesopotamia y el antiguo Egipto la formación estatal estaba dirigida a crear personas que ayudaran a controlar y administrar el territorio, recaudar impuestos, etc, dando lugar a la figura del escriba que era cuidadosamente preparado con esta finalidad.
En la edad media surge la pedagogía cristiana, que tiene como cometido transmitir los valores de la cultura que hasta hoy día conservamos en nuestra cultura cristiana occidental moderna y por eso el enfásis estaba puesto en la enseñanza de las escrituras sagradas y la formación moral del ser humano.
Pero mas alla de esto, todos los grupos, con o sin Estado, han educado, han transmitido su visión del mundo a los nuevos integrantes. La diferencia siempre radica en los fines que se persiquen. Y estos fines estan condicionados por una idea acerca de lo que es y lo que debe ser.
¿Podría considerarse a los sistemas educativos entonces como una suerte de fábricas de individuos con determinadas características, formas de ver y pensar, que se adapten a un modelo existente o proyectado?
La historia nos muestra que, nos guste o no esta metáfora, ha sido asi siempre.
¿Se puede escapar de nuestra cosmovisión para liberar la educación? Dificil tarea, justamente un paradigma se caracteriza porque somos inconcientes de su presencia.
Pero si podemos hacernos concientes de nuestra inconciencia...y eso ya es mucho.
Y que ocurre cuando nos hacemos concientes de eso? Nos volvemos más responsables.
Responsables de saber que tal vez estamos transmitiendo nuestros errores y horrores como verdades reveladas, creyendo inocentemente que el mundo que tenemos o deseamos es el mejor. Y esa responsabilidad nos lleva a confiar en la sabiduria propia de la naturaleza humana, dejamos de controlar, de insistir, de forzar.
¿Tiene entonces el sistema educativo que acompañar la finalidad circunstancial del Estado? No tengo la respuesta por supuesto...pero pienso si tal vez, siendo concientes de nuestra inconciencia, no deberiamos poner el acento en programas muuuucho más libres y que pongan énfasis en las habilidades esenciales para la vida: la creatividad, el disfrute, el juego, la curiosidad, la solidaridad y el amor?
Podriamos acordar tal vez algunas bases, que independientemente de los sistemas politicos o los gobiernos de turno, sean formadoras y estimulantes para que los seres cumplan con la finalidad de la educación, sacar fuera su luz?