martes, 20 de marzo de 2012

El cambio desde adentro, la verdadera educación...





¿Cómo serán las nuevas relaciones humanas? ¿Cómo será la nueva economía? ¿La nueva educación? ¿el nuevo modo de trabajo? ¿La nueva empresa? Así lleva el ser humano aportando un glosario de hipótesis en constante renovación sobre lo que puede ser desde cada una de las ciencias y perspectivas de estudio. En definitiva, la humanidad es consciente de que se está transformando hacia una nueva humanidad.
La nueva humanidad estará constituida por individuos que han cambiado, que afrontan la vida bajo otra perspectiva, con una nueva consciencia, con un nuevo pensamiento.
La humanidad cambiará mediante una silenciosa, paulatina y pacífica revolución de individuos que cambian, que se liberan, toman las riendas de su vida y recuperan su poder creador.
A esta nueva humanidad solo se puede llegar bajo una perspectiva espiritual. La perspectiva espiritual alcanza todas las manifestaciones humanas, generando un cambio en las raíces mismas del sentido de la vida. Y digo espiritual, que no es religiosa.
La religión es una institución que suele indicar lo que está bien y lo que está mal bajo la suposición de conocer las “leyes divinas”. La religión parte de la idea de que todo el grupo comparte exactamente el mismo juego de creencias y acata una autoridad en cuanto al modo de interpretar la realidad, unos maestros exteriores. La espiritualidad, sin embargo, es una experiencia, y como tal, es un aspecto personal. Cada uno extrae sus propias conclusiones de la vivencia espiritual. La experiencia espiritual es distinta para cada ser humano, y no puede ser encerrada en dogmas ni recetas. No hay más autoridad que uno mismo frente a la espiritualidad. Por eso hablamos del maestro interior.
Una nueva espiritualidad está desarrollándose en cada rincón del mundo. El ser humano ha llegado a esta crisis por que mantiene unas creencias y conceptos que le separan de su ser espiritual, que lo separa de la divinidad, de la esencia espiritual, y finalmente lo separan del resto de los humanos. Este proceso lo limita enormemente incapacitándole para tomar sus propias decisiones y finalmente opta por tirar la toalla, ceder su poder y ponerse en manos de las mafias, instituciones, intereses comerciales y grupos de poder.
El ser humano llega a tiempos de mutación porque en realidad ha dejado de ser un humano para convertirse en un mutante que piensa ideas absurdas y ajenas, dice falsedades continuas basadas en el miedo y hace incoherencias en relación al propósito que dice perseguir. Los aborígenes australianos llaman al blanco occidental “mutante” porque saben que hemos perdido nuestra identidad divina y el contacto con nuestra esencia creadora. Hay tanto que aprender de los pueblos que han sabido mantenerse “humanos”…
El cambio del mundo sucederá cuando las personas cambien, y no cuando cambien sus economías, ni sus políticas, ni sus leyes. Cuando las personas desarrollen unos modelos de creencias y valores basados en la unión de la familia humana, en la transparencia de las relaciones, en definitiva, en la alegría, la verdad y el amor, entonces las sociedades evolucionarán.
Estamos alcanzando la masa crítica de una mayor consciencia que paulatinamente cambiará el mundo. El primer paso es aceptar la necesidad de un cambio. Desde ahí, los humanos comenzamos a observarnos, desde la apertura a nuevas ideas.
En la alerta de nuestro mundo interior, descubrimos los miedos, las mentiras, las falsas creencias, los antiguos esquemas, el fatalismo y victimismo que dominan nuestra vida y hacen que no funcione, no nos permiten crecer interiormente ni nos hacen ser felices. La auto-observación nos permite sustituir viejas creencias por nuevos planteamientos, la puesta en práctica de la absoluta libertad y creatividad, la plena responsabilidad.
Has de perseguir el cambio de visión sobre Dios y la Vida. El concepto de Dios y de la Vida expresado en la nueva espiritualidad nos permite acercarnos definitivamente al amor universal, a la plena libertad humana, a la unidad, la inmortalidad del alma, a la dignidad espiritual del ser humano y de toda la vida del planeta. Y finalmente, a la maravilla de la creación universal de la que formamos parte activamente.
Tal vez nosotros sólo seamos colaboradores en un largo camino, pero los niños y jóvenes verán el camino sembrado y continuarán hacia otra forma de vivir esta maravillosa experiencia que se llama VIDA.
Gracias a Solecito http://www.frecuenciasdeluz.com/profiles/blog/show?id=2010782:BlogPost:843841&xgs=1&xg_source=msg_share_post

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