viernes, 24 de febrero de 2012
Estrategias para docentes frente a una clase numerosa
Cuando el grupo es muy grande, digamos unos veinte niños, es muy probable que
debas recurrir a otras estrategias al momento de dar las consignas. Levantar la
voz no es una buena idea aunque es lo que instintivamente hacemos cuando iniciamos
la práctica. Cuando el grupo es demasiado grande he encontrado que es mucho mejor
hacer subgrupos y acercarme a cada uno de ellos para exponer la consigna. No lleva
tanto tiempo y te permite establecer un contacto visual y corporal más próximo con
ellos. Además a ellos les encanta estar en círculos, en grupos que los hacen sentir
mayor contención e intimidad. Una vez explicada la consigna los subgrupos pueden
reunirse de nuevo al grupo mayor para hacer la actividad de forma integrada si la
misma lo amerita. Si trabajamos con esta modalidad es importante prever que no
siempre estén conformados por los mismos niños, sino prestar especial atención a la
rotación para evitar la fijación de roles.
La importancia de no levantar la voz tiene que ver con lo que queremos transmitir a
los niños. La expresión del corazón, su vibración, raramente se puede expresar
forzando la voz. Si deseamos que nuestras palabras expresen amor no encontraremos
la manera de hacerlo gritando, salvo que sea un juego especial donde el grito ocupa
el lugar de un reconocimiento o de una explosión de sentimiento hacia el otro.
Hasta aquí tienes las dos primeras consignas didácticas importantes: No trates
de imponer silencio. No alces la voz.
(Extracto del libro "Juego, yoga y expresión para niños")
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